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El pasado sigue vivo .....

  • Foto del escritor: Rosy Villa
    Rosy Villa
  • 3 feb 2021
  • 5 Min. de lectura

Conocer nuestro árbol genealógico y sus historias, dolores, aciertos y fracasos nos permite entender más acerca de nuestra propia vida, nos permite ver dónde podemos estar atorados y cuáles son los patrones que estamos repitiendo del pasado.


Las constelaciones familiares son una herramienta muy poderosa y asertiva para ver y sanar el trasgeneracional.


Te comparto esta historia que nos muestra claramente como es que impactan en el presente las heridas nos sanadas del pasado.


¿Cómo se puede repetir? !Nadie lo sabe!, ¡Es un secreto! ¿Cómo es que volverá a ocurrir? Dice Adriana, al hablar de su “hermanita”. Ella está bien, nada le hizo falta, creció feliz y ahora va ser mamá, no se por que se podría repetir. Yo si que sufrí, nunca sentí que mi mamá me quisiera, siempre me sentí rechazada por ella, y cuando nació mi “hermanita” ¡Menos! Fue el peor de los silencios y el más cruel de los castigos, aprendí a vivir con eso, ya ves, ya ni me importa…..


Adriana endurecida por el dolor de tener una madre con el corazón cerrado hacia ella, cuenta su historia y la historia de su hermanita… enojada, frustrada y deprimida con un deseo profundo de morir, así llegó Adriana a la consulta, la llevó su “hermanita” en un afán de hacer menos insoportable la convivencia con ella.


Esta, es la verdadera historia:


Adriana tenía 14 años cuando quedó embarazada de su gran amor de secundaria, seguiría siendo una niña cuando naciera su bebe, recién cumplidos sus quince años. Su madre y su padre no lo podían permitir, sería la vergüenza de la familia, así que estuvo encerrada en casa los siguientes 6 meses hasta que nació la pequeña Isabel, quien fue adoptada por sus abuelos y de esa forma, Adriana podría “seguir con su vida”, la familia conservaría su reputación y jamás le faltaría nada a la pequeña Isabel…


Isabel no entendía por qué sus padres eran tan viejos, le avergonzaba que su padre fuera por ella a la secundaria, la molestaban y le decían “ya llegó tu abuelito”...a veces prefería que su amargada hermana mayor fuera por ella, aunque tenía que soportar sus regaños y críticas todo el camino de regreso…Y su madre… siempre entristecida, diciendo y diciendo que tenia que ser fuerte por si algún día se enteraba de algo terrible ...Isabel odiaba las frases de su madre y su constante melancolía….


Así transcurrió el tiempo y pronto falleció su viejo padre, fue muy doloroso para ella, a veces parecía que Él era el único presente en casa, por lo menos jugó con ella algunas veces y se mostraba feliz de vez en cuando.


Pasaron varios años hasta que por fin pudo irse de casa, los últimos años fueron terribles, los pleitos entre su madre y su hermana eran insoportables, su hermana con su gran amargura y su madre con su gran dolor. Claro jamás podía preguntar que pasaba, simplemente estaba prohibido y un día perdió la curiosidad.


Poco tiempo después murió su madre, Isabel nunca entendió lo que sentía en casa, lo único que sabía era que el dolor de su madre había terminado ... y ahora ella tendría que hacerse cargo de su amargada hermana 15 años mayor que ella.


Adriana se quedó en casa de sus padres mientras seguía pasando el tiempo, estaba sola y no trabajaba, vivía del dinero que había dejado su padre, no era mucho, pero alcanzaba para sus necesidades, solo termino la secundaria y nunca más volvió a la escuela, jamás había trabajado, tomaba cursos de inglés de vez en cuando y era todo, vivía sumida en la amargura y eso le hacía odiar la vida.


Cuando yo las conocí Isabel tenía 38 años, se había casado un año atrás y estaba dándose prisa para ser mamá, soñaba con dos niños, por que ella no sabría que hacer con una niña, estaba apunto de nacer su hijo, se llamaría Antonio como su abuelo materno.


Adriana tenía 53 años, parecía tener 70, avejentada, enferma y enojada. Con el gran secreto a cuestas, su hermanita ¡Era en realidad su hija!


Empezamos el trabajo, estábamos comenzando a conocernos, nuestro vínculo se estaba fortaleciendo y Adriana sonreía un poco al saludar y al salir…


Para nuestra tercera sesión, Adriana llegó angustiada y asustada diciendo:


---Rosy, se equivocó el doctor, le dijeron a Isabel que no es niño, es niña…. Está muy enojada, dice que no la quiere, que se va a divorciar y que su esposo se quede con la niña…. a mi no me escucha, ya lo sabes, ¿Que puedo hacer?


-Adri, tienes que decirle la verdad, las cosas como son… El pasado sigue vivo, por eso ella rechaza a su hijita, está siguiendo una lealtad….


-Averigua, por qué tus padres se casaron grandes, qué es aquello que tu padre siempre le reclamaba a tu mamá, hay más en el pasado y ahora parece que alguien más llevará esa carga…..Tenemos tiempo, no mucho pero el suficiente para sanar tanto dolor….


-Por fin la cuarta sesión de Adriana llegó, era increíble, estaba rejuveneciendo, por alguna razón hablar de aquello que por toda su vida enterró la estaba transformando, llegó expectante, con cierta energía, la vida estaba regresando a ella….Se sentó, me miró fijamente y rompió en llanto,


--- ¡Ay Rosy, no quiero que le pase nada a mi nietecita, no lo había sentido, pero cuando Isabel me dijo que era niña sentí alegría y amor por la bebé, quiero que todo acabe, ya no quiero seguir con esto! Busqué a mi prima, la hija de la prima de mi mamá, la que nunca quiso tener cerca, averigüé de lo que hablamos, es verdad Rosy, mamá también lo vivió.


Lo que dijo mi prima es que se decía en el pueblo, que mi mamá había salido embarazada, nadie sabe de quien y que la partera se quedó con su hijo, luego le pagaron para que se fuera de ahí y nadie más supo nada, hasta que mi abuelo le arregló el matrimonio con mi papá, y cuando se casaron se vinieron para acá y nunca más volvieron al pueblo…..


- Adri, y ese bebe, fue niño o niña, si lo sabes, busca en tu interior, finalmente es tu hermano o hermana….


Adri cerró los ojos y cuando los abrió llenos de lágrimas dijo, ¡Era niña!


- ¡Y seguro fue mayor que tu, justo quince años! ¡Si Rosy, exactamente 15 años!


- Ahora entendemos la ausencia de tu madre, su corazón estaba con su hija perdida, esta es la razón por la que no pudo estar contigo. Por eso cuando nació Isabel y la adopto, puso todo su amor en ella.


- ¿Y ahora qué sientes tú por tu hija?


---La quiero recuperar y recuperar mi vida, ver crecer a mis nietos y hacer una vida sin cadenas…..


El pasado vive y se manifiesta de manera inconsciente en la forma en que vivimos, las heridas que tenemos, la manera en cómo vemos la vida etc.. y parece que estamos destinados a repetir y vivir todo aquello que nuestros ancestros no arreglaron, es así, hasta que lo hacemos consciente, honramos la vida y el dolor de cada uno y miramos con amor los hechos.


¡El pasado sigue vivo, queriendo ser escuchado y sanado para que todos los miembros de un sistema puedan florecer!

2 comentarios


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Rosy Villa
04 feb 2021

Así es Silvia, el tema es despertar!!!

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silvya3005
04 feb 2021

La mayor parte de lo que hacemos es un patrón que seguimos de manera inconsciente, el problema es que muchas veces nunca nos damos cuenta.

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